jueves, 20 de marzo de 2014

Los cuatro zancos en el suelo

Cuando tenemos 16 o 17 años, después de haber salido en cruces de mayo, en procesiones de escuelas, en santos o cualquier procesión "pequeña", uno ansía ante todo poder meter cuello, vulgarmente hablando, en algún paso de Semana Santa. No es para nada criticable, esa inquietud la hemos tenido la mayoría de costaleros y además pienso que es bueno aprovechar esa ilusión y esas ganas. Pero, no vale cualquier cosa, hay que tener mucho ojo y mucho cuidado.

Cuando se tiene esa edad hay que tener en cuenta que aún no tenemos el cuerpo al 100% formado, y hay muchas personas que, bajo mi punto de vista, comenten imprudencias, y sacan pasos a diestra y siniestra, sin darse cuenta que cualquier paso no vale. Yo tuve esa inquietud, y fui directo con 17 años para 18 a sacar a mi hermandad, y tuve la suerte de coger el pleno auge de su cuadrilla, y pude coger un paso en el que se trabaja bien, y el riesgo de tener una lesión es casi inexistente. Pero hay personas que ansían sacar pasos, y no son conscientes de los peligros que desentrañan diferentes cuadrillas. No por ser un paso aparentemente más ligero, va a ser un paso en el que te hagas menos daño, ni viceversa. Y si es tu primer año, no seas estúpido, y no quieras todo en poco tiempo. Si este mundo te apasiona te quedan muchos años para ser costalero.

Por eso, hay que relajarse, no querer empezar antes de tiempo. En términos costaleros, se podría decir: Sin ventaja, o de otra manera:

LOS CUATRO ZANCOS EN EL SUELO

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