lunes, 31 de marzo de 2014

La grandeza de una cuadrilla

Cada día que pasa, y cada vez que me meto debajo de un cuadrilla, aprendo más sobre este mundillo, aunque se de buena tinta que aunque uno piense que lo tiene todo aprendido, siempre va a acabar aprendiendo algo nuevo, por lo que siempre me encuentro abierto a todo para aprender. No somos perfectos, ya que somos personas, y las personas cometemos muchos errores, y lo importante no es no cometer errores, lo importante es saber cuándo cómo y por qué los cometes, ya que nadie actúa siempre al 100% correcto. Si uno ve que comete fallos, lo más que debe hacer es callarse la boca, aprender del que sabe más que tú, y procurar que la próxima vez no vuelvas a cometer ese fallo. Para ello, debes estar al 100% en lo que tenemos que estar, o como se dice en este mundillo, tenemos que estar "enchufaos".

Ni yo, ni el más veterano de una cuadrilla, ni el más nuevo con las ideas más innovadoras ni el que se va a otros lugares para aprender mejores técnicas, va a saberlo todo, y nunca está exento de cometer errores. Por eso, y como he repetido en varias ocasiones, bajo mi opinión de inexperto y de novato, lo que hace grande a un costalero se encuentra en su humildad, su actitud y su compañerismo. Ser un buen "peón" viene a ser un cúmulo de esas características, no sólo poder con el paso, ya que si tu eres humilde, sabrás que puedes cometer muchos fallos y que pueden llamarte la atención, por lo que siempre has de estar callado y no creerte que tú eres el único que va bien y el resto mal; si tienes actitud, demuestras estar "enchufao", pendiente de lo que tienes que hacer, sabiendo qué hacer y en que momento, estando siempre dispuesto a aprender algo nuevo, y sin rechistar si escuchas algo que no te gusta de alguien que tu realmente sabes que tiene idea de esto; y si eres compañero, sabrás que no estás solo debajo de un paso, que habrá 40, 50 o 60 hombres (o mujeres) más que comparten tu carga, y si uno falla, el resto lo nota, por eso es importante no girar la cabeza sabiendo que un compañero lo pasa mal, apoyar o ayudar a la gente que te lo pide, estar puntual en los relevos, y si entra algún pico, no dejarlo con la pena de no tocar palo, sino darle oportunidad para que disfrute como disfrutas tú, y si eres el boquilla de una cuadrilla y hay una persona que en algún momento del recorrido o de los ensayos te pide mandar una marcha, no te hagas el loco y déjale mandar. Eso es ser compañero. Las cuadrillas grandes están compuestas de costaleros grandes, no en tamaño sino en corazón, siempre acompañado de una buena técnica y condición física, aunque intrínsecamente se encuentran en esas características que he nombrado antes. 

Pero, una cuadrilla grande, no actúa sola, sino que viene comandada por un capataz grande, un capataz pendiente del trabajo, de los hombres y que por supuesto reúna las características nombradas antes, aplicadas al martillo. Una cuadrilla no se hace grande ni únicamente por los costaleros ni únicamente por el capataz. lamentablemente, y si me equivoco que me corrijan, en mi bendita ciudad no acabo de encontrar esa unión que haga grande una cuadrilla al 100%, y que haga que sea la mejor de todas. Ni aquí ni en otras ciudades. Por lo que tampoco hemos de sentirnos como el culo del mundo, sino todo lo contrario, debemos procurar no serlo nunca, y seguir creciendo, en esas tres características, remar todos a una, y saber que por muchos pasos que saques en Sevilla, por muchos martillos que hayas tocado:

SIEMPRE HAY ALGO QUE APRENDER


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