lunes, 21 de abril de 2014

Balance

Después de esta GRAN semana que hemos vivido todos,  una vez que he tenido tiempo, me paré a valorar esta Semana Santa que hemos vivido. Me pararía a valorar desde el Miércoles de Ceniza, momento en el que empieza a crecer la fiebre por esto (aunque ya uno tiene fiebre todo el año). Para mí, ha sido una cuaresma extraña, muchos de mis amigos coincidían conmigo en que la espera a sido corta, o que cuando nos hemos querido dar cuenta era Domingo de Ramos, siempre diciendo la misma frase: "no parece que ya estemos en Semana Santa, que rápido ha pasado". Comparto esa sensación, pero, yo personalmente añadiría, que esta cuaresma ha sido, no se, menos intensa tal vez... No la he vivido como otras que contaba los segundos que faltaban para el Domingo de Ramos, y cuando quise darme cuenta ya estaba inmerso. Parecía que no tenía ilusión, que no tenía ganas.  Obviamente, no era lo que parecía... He de decir que muchas han sido las circunstancias que me han hecho tener menos ganas, como malos ensayos, malos rollos en cuadrillas, problemas personales, el intento de ciertas personas a comprometerme en algo que no quería para nada...

Pero, como siempre, llegó el Domingo, y con mi Señor Triunfal disfruté de lo que es para mí mi día, el día que espero siempre con ansias. Domingo de Ramos espléndido, sol, sonrisas, calor, ambiente, amistad, juventud... Palabras que definen ese día, pero sobre todo, la que pensé que no tendría y por la que estaba preocupado... la ILUSIÓN. El Domingo se me hizo corto de lo que lo disfruté, y también hay que decirlo, me quedé con ganas de más. Espero que me queden muchos años debajo de ÉL.

Y llegó sin avisar, el día que también me preocupaba, de una manera u otra, por esa devoción adquirida sin darme ni cuenta. Mi señor de las Tres Caídas, lugar para disfrutar de mi bendita afición pero al que le muestro el respeto que ÉL siempre merece, sobre todo al disfrutar de cosas como las que viví este Lunes Santo. El día que un paso ande sin que nadie abajo dicte las órdenes, ni mande dar un pasito, o tres, o quedarse sobre los pies, que venga y me lo diga... Polvorín, Punto y aparte... Que verdad es... Disfrutar de la cuesta y de aquella espléndida chicotá son las cosas que me hacen decir, sí, yo también soy "polvorinero", y espero que dure muchos más.

Martes Santo, día para descansar el cuerpo, disfrutando de la Primera entrada en Carrera Oficial del Señor de Pérez Cubillas, el señor de la Sentencia en su Presentación al Pueblo. "Placetazo" digno de recordar y deseado por Huelva entera (de ahí el aplauso al ver su Cruz de Guía). El señor de Pasión en su línea, y me cabe destacar que aunque no sea el nivel de la anterior, la Agrupación Musical Cristo de la Buena Muerte de Ayamonte, es una banda a tener en cuenta, pero claro, aquí solo queremos lo de fuera, lo de dentro nos suena siempre mal... Una banda como dios manda, y que esperemos que la escuchemos más años. Estudiantes con su saber estar y elegancia le da el toque fúnebre al día. Lanzada, como siempre en su línea, y cabe destacar el dorado de ciertas piezas.

Miércoles de Esperanza. Miércoles de Victoria. ¿Y el resto son de segunda clase o que? Mientras las otras dos se pelean, me quedo con el onubensismo y la clase de la Santa Cruz, y la elegancia y la portentosidad del paso del Prendimiento que viene del Carmen. Mientras las Reinas se pelean, las otras dos hermandades siguen cumpliendo su papel y mejorando día a día. Victoria y Esperanza en su línea, con petalás espectaculares y recogidas eternas.

Jueves Santo, día en el que se va mascando la tragedia y se va haciendo cada vez más sería. Hermandades céntricas y serias, como Oración, demostrando que ese San Benito de ser un paso escaso de costaleros era una patochada, y que en Huelva hay costaleros de sobra para sacar al "Morgan". Buena Muerte como siempre, aunque me gustara más en silencio, da un toque más alegre en la medida de los posible a un paso, bajo mi punto de vista, PRECIOSO. Misericordia es la hermandad que menos he visto cambiar desde que la conozco, y así seguirá muchos años seguramente. Judíos, ¿Qué decir? Gran hermandad con el palio que, bajo mi punto de vista, anda mejor en Huelva. Elegante, serio, fúnebre, acompasado, bonito... Anda como deben de andar los palios en mi humilde opinión, Chapó para Afri.

Viernes Santo. Al fin se libran y no tienen miedo. Me alegro por ellos, sobre todo por Descendimiento, hermandad a la que tengo cariño por la cercanía y por la amistad que me une con muchas personas de allí. Paso que por cierto, me encanta. Y su virgen, una joya oculta y bella. Buena estación de penitencia, sobre todo de recogida por Santa Fe y San Pedro, ambas a oscuras. Momento de recogimiento y espectacular. En el Santo Entierro, como siempre, con dificultad con costaleros pero, ahí siguen en la pelea. Soledad, personalmente, le pega una banda de palio tocando fúnebre. Es mi opinión. Y la Fe, por fin hacen un trabajo como el Cristo se merece y debe llevar. Andando como dios manda, de frente y sin tonterías. Me quedo con eso sobre todo.

Aunque en Huelva terminara ya la Semana Santa, en pueblos y otros lugares sigue habiendo Semana Santa. Un grupo de jóvenes de Huelva decidimos ir a echar una mano a un paso, a petición de un amigo común, y fuimos a sacar al Señor Yacente de Moguer. Buen rato que echamos y que disfrutamos con nuestros amigos, con los que es difícil a veces coincidir debajo de un paso. Sobre todo me quedo con eso, con volver a disfrutar con amigos de verdad debajo de un paso, o sacar por primera vez un paso con otros amigos. 

Esta es mi valoración de esta Semana Santa. Es una opinión personal, y espero que nadie se sienta ni ofendido ni nada, ya que todo lo hago desde el respeto. Sin más que decir, podemos decir que la Semana Santa ha sido FANTÁSTICA.

lunes, 7 de abril de 2014

La Ilusión

Hay veces que uno se pregunta, ¿vale la pena todo esto? ¿vale la pena sufrir debajo de un paso, y llegar a pasar verdaderos malos momentos, o tener que aguantar cosas y a personas que no hacen el esfuerzo o no tienen la actitud que tu piensas que deberían tener? ¿Vale la pena dejarse la vida y luchar por lo que te gusta para que luego lleguen otros y te "pisen lo fregao"? Yo me he planteado hace poco esa pregunta, aplicándolo a mis circunstancias. Ha habido momentos en los que he dicho, ¿por qué?, y ni siquiera yo era capaz de decir el motivo. Hay momentos en los que, no sabría decir por qué, pierdo mi ilusión...

Pero, ¿qué ocurre?, que uno rememora cuánto esperó para que le dejaran ponerse un costal, de a cuantos ensayos tuvo que asistir sin poder meter cuello para entrar en una cuadrilla difícil, recuerda que cuando asumió el rol de costalero, sabía que no era fácil... Y si encima le sumamos, ver la ilusión de otras personas, que desean meterse debajo de un paso, y uno se ve reflejado en ese pequeñajo o adolescente, y piensa "yo fui así", y lo ve maravillado ante el imponente paso que desea sacar, o ante la majestuosidad que presentan los costaleros a la hora de pasear la parihuela de ensayo cada noche de jueves, y observa a los mayores hacerlo mal o bien, pero observando cómo se hace, y va marcando el ritmo de una marcha, o como se pega un largo, o un costero. o ve como tiran para arriba los costaleros en cada levanta... Son tantas cosas que uno observó en su niñez-adolescencia, esperando ser uno de esos hombres, que cuando uno puede llegar a perder la esperanza, la ilusión o incluso las ganas, se para a pensar en esos momentos y dice "¿que estas haciendo imbécil? Siéntete orgulloso de poder llevar un costal y portar sobre tus cervicales al Hijo de Dios, o a su Santísima Madre, y recuerda que tu quisiste ser lo que eres". Ser costalero no es un capricho, es un compromiso, y sólo los buenos duran lo que deben durar, y sólo los que disfrutan de verdad, pierden una ilusión con facilidad. Yo, por una serie de circunstancias, creí que la perdía... Pero, no me van a sacar de los pasos tan pronto, queda mucho de mí.

lunes, 31 de marzo de 2014

La grandeza de una cuadrilla

Cada día que pasa, y cada vez que me meto debajo de un cuadrilla, aprendo más sobre este mundillo, aunque se de buena tinta que aunque uno piense que lo tiene todo aprendido, siempre va a acabar aprendiendo algo nuevo, por lo que siempre me encuentro abierto a todo para aprender. No somos perfectos, ya que somos personas, y las personas cometemos muchos errores, y lo importante no es no cometer errores, lo importante es saber cuándo cómo y por qué los cometes, ya que nadie actúa siempre al 100% correcto. Si uno ve que comete fallos, lo más que debe hacer es callarse la boca, aprender del que sabe más que tú, y procurar que la próxima vez no vuelvas a cometer ese fallo. Para ello, debes estar al 100% en lo que tenemos que estar, o como se dice en este mundillo, tenemos que estar "enchufaos".

Ni yo, ni el más veterano de una cuadrilla, ni el más nuevo con las ideas más innovadoras ni el que se va a otros lugares para aprender mejores técnicas, va a saberlo todo, y nunca está exento de cometer errores. Por eso, y como he repetido en varias ocasiones, bajo mi opinión de inexperto y de novato, lo que hace grande a un costalero se encuentra en su humildad, su actitud y su compañerismo. Ser un buen "peón" viene a ser un cúmulo de esas características, no sólo poder con el paso, ya que si tu eres humilde, sabrás que puedes cometer muchos fallos y que pueden llamarte la atención, por lo que siempre has de estar callado y no creerte que tú eres el único que va bien y el resto mal; si tienes actitud, demuestras estar "enchufao", pendiente de lo que tienes que hacer, sabiendo qué hacer y en que momento, estando siempre dispuesto a aprender algo nuevo, y sin rechistar si escuchas algo que no te gusta de alguien que tu realmente sabes que tiene idea de esto; y si eres compañero, sabrás que no estás solo debajo de un paso, que habrá 40, 50 o 60 hombres (o mujeres) más que comparten tu carga, y si uno falla, el resto lo nota, por eso es importante no girar la cabeza sabiendo que un compañero lo pasa mal, apoyar o ayudar a la gente que te lo pide, estar puntual en los relevos, y si entra algún pico, no dejarlo con la pena de no tocar palo, sino darle oportunidad para que disfrute como disfrutas tú, y si eres el boquilla de una cuadrilla y hay una persona que en algún momento del recorrido o de los ensayos te pide mandar una marcha, no te hagas el loco y déjale mandar. Eso es ser compañero. Las cuadrillas grandes están compuestas de costaleros grandes, no en tamaño sino en corazón, siempre acompañado de una buena técnica y condición física, aunque intrínsecamente se encuentran en esas características que he nombrado antes. 

Pero, una cuadrilla grande, no actúa sola, sino que viene comandada por un capataz grande, un capataz pendiente del trabajo, de los hombres y que por supuesto reúna las características nombradas antes, aplicadas al martillo. Una cuadrilla no se hace grande ni únicamente por los costaleros ni únicamente por el capataz. lamentablemente, y si me equivoco que me corrijan, en mi bendita ciudad no acabo de encontrar esa unión que haga grande una cuadrilla al 100%, y que haga que sea la mejor de todas. Ni aquí ni en otras ciudades. Por lo que tampoco hemos de sentirnos como el culo del mundo, sino todo lo contrario, debemos procurar no serlo nunca, y seguir creciendo, en esas tres características, remar todos a una, y saber que por muchos pasos que saques en Sevilla, por muchos martillos que hayas tocado:

SIEMPRE HAY ALGO QUE APRENDER


jueves, 27 de marzo de 2014

Tos por igual

Por casi todos es conocido la famosa frase de "Tos por igual", usada por, me atrevería a decir, que todos los capataces, o por lo menos, no conozco ninguno que no la diga. Hoy quisiera extrapolarla y usarla para algunos casos repetidos en las cuadrillas y que bajo mi punto de vista, deben evitarse.

Tos por igual, a los costaleros que se creen más que otros, sin demostrar nada y sin que ahí se le de lugar a creerse más de lo que es o pueda llegar a ser.
Tos por igual, a todos los que hablan debajo de un paso y que no dan oportunidades a otros de mandar, tal vez por miedo a que alguien lo haga mejor y le quiten su protagonismo, o tal vez porque su soberbia sea tal que le haga pensar que nadie lo hace mejor... En ambos casos se puede aplicar.
Tos por igual, a los que se "apoderan" de una pata o un zanco del paso y lo guardan como un tesoro y que si por ellos fuera lo darían en herencia a sus hijos, y que si por algún casual se la quitan forma el espolio.
Tos por igual, al capataz que sin motivo alguno presume de cuadrilla, aunque ésta carezca de muchas cosas, pero a la hora de andar sea superior a algunas (no todas).
Tos por igual, al capataz que se cree el "capataz de capataces" y no se para a aprender y a dejarse aconsejar, puesto que lo tiene todo aprendido.

A todos estos que he nombrado, les diría esa frase que antaño, cuando eran los cargadores del puerto los que sacaban los pasos, se usó para indicar, que todos debajo de la cuadrilla cobraban lo mismo, estuviera donde estuviera, indicando que TODOS eran iguales. Les diría esa frase, con la intención de que hicieran un poco de reflexión, que aquí nadie es más que nadie, o al menos si no se demuestra claramente, y si de verdad ese "superior" da muestras de liderazgo. Ya sabéis, a todos estos:

TOS POR IGUAL

jueves, 20 de marzo de 2014

Los cuatro zancos en el suelo

Cuando tenemos 16 o 17 años, después de haber salido en cruces de mayo, en procesiones de escuelas, en santos o cualquier procesión "pequeña", uno ansía ante todo poder meter cuello, vulgarmente hablando, en algún paso de Semana Santa. No es para nada criticable, esa inquietud la hemos tenido la mayoría de costaleros y además pienso que es bueno aprovechar esa ilusión y esas ganas. Pero, no vale cualquier cosa, hay que tener mucho ojo y mucho cuidado.

Cuando se tiene esa edad hay que tener en cuenta que aún no tenemos el cuerpo al 100% formado, y hay muchas personas que, bajo mi punto de vista, comenten imprudencias, y sacan pasos a diestra y siniestra, sin darse cuenta que cualquier paso no vale. Yo tuve esa inquietud, y fui directo con 17 años para 18 a sacar a mi hermandad, y tuve la suerte de coger el pleno auge de su cuadrilla, y pude coger un paso en el que se trabaja bien, y el riesgo de tener una lesión es casi inexistente. Pero hay personas que ansían sacar pasos, y no son conscientes de los peligros que desentrañan diferentes cuadrillas. No por ser un paso aparentemente más ligero, va a ser un paso en el que te hagas menos daño, ni viceversa. Y si es tu primer año, no seas estúpido, y no quieras todo en poco tiempo. Si este mundo te apasiona te quedan muchos años para ser costalero.

Por eso, hay que relajarse, no querer empezar antes de tiempo. En términos costaleros, se podría decir: Sin ventaja, o de otra manera:

LOS CUATRO ZANCOS EN EL SUELO

lunes, 17 de marzo de 2014

Menos paso quiero

A mis casi 20 años de vida, una de las cosas que más clara tengo es que siempre hay que ir con la humildad por delante, y teniendo en cuenta que hay que aprender siempre, que aunque tenga 90 años y siga saliendo debajo de los pasos, nunca seré perfecto, ni muchísimo menos... Siempre voy a aprender algo nuevo de algún capataz, compañero, o simplemente de algún veterano. 

Con esto quiero llamar a la reflexión a muchos que, con mi edad, con poca edad más que yo o incluso menos, se piensan que ya lo saben todo y que van a ser los número uno de sus cuadrillas o hermandades. La humildad es la base de todo, sin humildad, poco lejos se podrá llegar, y menos en este mundo de las cofradías, ya que uno debe estar para todo, con compromiso, actitud y con ganas, y esa "soberbia" o más bien chuleo que se marcan algunos, les lleva a tomar las actitudes equivocadas a la hora de actuar. Yo tengo la suerte de tener muchos amigos, muy buenos amigos, en este mundo de la Semana Santa, y algunos se piensan que soy un gran costalero porque salgo en dos buenas cofradías. Y yo, no les digo que soy ni bueno ni malo, sólo les digo que eso es una percepción propia, y es una valoración muy subjetiva. Yo no me catalogo como buen costalero técnicamente, porque tengo mucho que aprender, y me queda muchísimo por recorrer, pero sí que es verdad que me gusta ser disciplinado, atento, humilde y trabajador, y en la medida de lo posible intento adoptar ese perfil.

Con todo esto quiero decir, bajo mi punto de vista, que uno no es un gran costalero porque se haga una ropa espectacular, y vista mejor que las modelos de las pasarelas... Mi parecer, es que un buen costalero es el que el capataz puede usar cuando lo necesite, como necesite, y que de el mínimo de problemas, estando dispuesto a aprender, y estando CALLADO en el trabajo. A los que no hacen esto, yo les diría sin titubear:



MENOS PASO ARTISTA... MENOS PASO QUIERO

viernes, 14 de marzo de 2014

Siempre de Frente

Siempre de frente, esa frase que cuando sacaba las cruces de Mayo no quería ni oír... Sí, parece una tontería, y la verdad es que lo es, pero a mi me atraía hacer cosas debajo de aquel pequeño paso con aquella pequeña cruz arriba... Llegaba incluso al extremo de extrañarme porque algunos pasos de la Semana Santa no hacían ningún trabajo, y que sólo andaban de frente... Me sentía atraído por esos pasos andando para atrás o haciendo coreografías dignas de Mira quién baila... Cómo se notaba que era un crío... 

Aunque no haya perdido esa atracción por un trabajo bien hecho debajo de un paso, he descubierto que es más difícil hacer que un paso ande de frente en condiciones, que pegar un izquierdo al son de la banda, y que después, un paso que anda de frente con un paso reposao y un son que da gloria, anda mejor que cualquier otro paso que abuse del trabajo debajo de los pasos.

No quiere decir esto, que TODOS los pasos tengan que andar obligatoriamente de frente y sin trabajar nada. Todo lo contrario, debe haber de todo, que es lo que definitivamente hará grande al andar de los pasos en Huelva, que es ver que tenemos una Semana Santa que tenga de todo, pero siempre que no se salga de unas líneas estéticas y de un andar digno para la imagen a la que portamos

Que equivocado estaba, cuando era niño y sólo quería izquierdos... Al descubrir ese son de racheo de los pasos de silencio, a ese ritmo y zancada que le dan los misterios poderosos, y al descubrir que un trabajo excesivo acababa siendo antiestético, me rindo ante la frase del capataz:

¡VENGA DE FRENTE!